El futuro del automóvil europeo se juega entre Bruselas y Pekín
Formar un pool con Tesla para compensar las emisiones de CO2 de nuestra flota es una manera de cumplir los objetivos sin estupideces comerciales, protegiendo a la red de concesionarios. Porque producir menos coches no eléctricos tampoco es la forma más económica de hacerlo", señalaba en el pasado Salón de Bruselas Luca Napolitano, CEO de Lancia y director mundial de Ventas y Marketing de Stellantis. La afirmación venía a cuento por la manida norma CAFE, que este año obligará a los fabricantes a reducir las emisiones medias de CO2 de los coches que vendan en la UE27 hasta los 93,6 gr/km. Y eso, afirman, es un esfuerzo hercúleo que no podrán alcanzar dada la coyuntura de los mercados. Descontadas las marcas que sólo venden eléctricos, casi ningún fabricante cerró 2024 por debajo de los 100 gramos. En nuestro país, ese dato rondó los 117 y en el Dacia Sandero, el coche más vendido en Europa y España, el mínimo son 105 gr/km. Quienes no cumplan, pagarán 95 euros por gramo de exceso y vehículo, lo que podría sumar 15.000 millones de multas conjuntas. Aunque la industria amenaza con una opción más drástica: dejar de producir dos millones de coches de combustión, los que más penalizan, el equivalente a entre siete y ocho fábricas grandes. Algo muy dañino en España, donde solo el 5% de los vehículos fabricados son de baterías (el 8,5% son híbridos enchufables). Hasta noviembre, 190.888 unidades. Una tercera opción sería incrementar el precio de los modelos térmicos para frenar sus ventas y, al mismo tiempo, compensar un abaratamiento en los eléctricos puros, cuya demanda está mucho más débil de lo que se preveía. La mayoría de los expertos calculan que, para llegar a los 93,6 gramos, su cuota de mercado debería estar entre el 20% y el 25%. Hasta noviembre de 2024, era del 13,4% (5,6% en España), casi un punto menos que en 2023 tras una caída de sus ventas del 5,4%, según la patronal ACEA. La clave está en Alemania, donde los eléctricos no levantan cabeza desde el fin de las ayudas en el otoño de 2023. En 2024 retrocedieron un 27%, hasta las 381.000 unidades. Y eso hizo que Reino Unido, espoleado por las duras exigencias de su Gobierno, sea ya el primer mercado cero emisiones del Viejo Continente, con 382.000 unidades (+21,4%). El problema es que Reino Unido no está en la UE y no computa a efectos de la norma CAFE...